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Aunando a la gente a traves de tanto el espacio como el tiempo: Secundaria Huron

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AUNANDO GENTE EN TANTO ESPACIO COMO TIEMPO – SECUNDARIA HURON

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Recientemente fui de gira a los Estados Unidos como violinista en la Philharmonia Orchestra. En la parada en Michigan, me escape brevemente para trabajar con la orquesta de la secundaria Huron, en la ciudad de Ann Arbor próxima a Detroit.

 

Tim Krohn, Director de Orquestas en Huron, es un pedagogo excepcional. Habla calmadamente, invitando, suave, paciente, alentador. La calidad de las cuerdas es impactante. Los estudiantes claramente se sienten seguros, prosperan, y sienten gusto de estar ahí. En la pared hay bolsillos donde todos dejan los teléfonos mientras dura en ensayo.

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Me llevo hasta ahí Gabriel Villasurda, quien había organizado la jornada con el Sr. Krohn para que yo trabajara con la orquesta. El Sr. Villasurda ocupo le mismo cargo que el Sr. Krohn décadas antes, más o menos al mismo tiempo que yo lo conocí en Interlochen, cuando a los 15 años tomé parte de la Orquesta Sinfónica Mundial Juvenil (WYSO), tomando dirección orquestal y percusión como materias optativas. Villasurda ensenaba la clase de dirección orquestal, y fue el quien arrastro a Maazel a nuestras sesiones, durante la semana que el gran director dirigió la WYSO. Así, cuando años después trabajé con Maazel por dos décadas, pude referir a nuestro primer encuentro en Interlochen.  

 

Villasurda fue el Segundo Director de Orquestas de Huron (y otros liceos), y tiene una de las carreras pedagógicas más largas e ilustres imaginables. Ahora está jubilado, pero la huella profunda y positiva dejada por el tanto en personas como instituciones es innegable. Al amor por el a través de su trabajo era palpable, aun en aquellos quienes nunca lo habían conocido. Como el Sr. Krohn dijo a sus estudiantes, nadie -ni uno- de nosotros en la sala estaría haciendo música de la forma que la hacemos, si no fuese por el Sr. Villasurda en la esquina.

 

El Sr. Krohn pregunto a la orquesta si alguien presente tiene 15 años. Había dos o tres. Les pidió que se imaginaran a un Adrian Varela de 15 años, ahora viniendo décadas más tarde a trabajar en la misma escuela que su predecesor, todo porque el amor por la música y la pedagogía musical es tan fuerte en todos nosotros. Les conto entonces de todas las conexiones entre los tres pedagogos presentes. ‘Es una oportunidad muy inusual el aunar a gente a través de tanto espacio como tiempo’, remarco Villasurda. Se requirió de todos para que sucediera. Igual que tocar en orquesta.

 

La sesión con la orquesta en sí, mi primera en los Estados Unidos fue una alegría. Los estudiantes tenían buen humor a la vez de seriedad de propósito, eran receptivos y respondían musicalmente con avidez. Tocamos Mozart y Mendelssohn, transformando Sonido y fraseo casi instantáneamente.

Al cierre Villasurda, positividad y estimulación personificados hasta el fin, se acercó a la orquesta y los incito, cuando ellos tengan 30, 50 y 80 años, a también continuar a ayudar a otros a desarrollar sus caminos musicales, de la misma forma que ellos fueron ayudados a progresar en su camino hoy.

 

Nos despedimos, y dejamos a los jóvenes en las muy capaces manos del Sr. Krohn.

 

Estos héroes callados son lo que construyen la vasta base de la pirámide sobre la cual están construidas tantas formas de hacer música, y de amor por la música. Espero tener la suerte de poder volver algún día.

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